El temor es uno de los sentimientos más frecuentes y normales en todas las personas. En algunos casos, ayudan a enfrentar los problemas y en otros puede paralizar a la persona. Por ello, es importante conocer qué es el miedo y los diferentes tipos que se desarrollan a través del crecimiento de las personas. Además, damos a conocer cómo puede ayudar la psicología a manejar estos temores y sacar lo mejor de ellos.
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¿Qué es el miedo?
El miedo es un sentimiento natural que se caracteriza por ser poderosa ya que demanda una respuesta a nivel bioquímico y emocional. Además, es una reacción que alerta sobre un peligro o la amenaza, sean inmediatos o próximos. Por ello, muchos niños lo expresan ante situaciones cotidianas concretas como ir a la cama, la oscuridad, quedarse solo, entre otros.
Sin embargo el miedo no es igual que una fobia o ansiedad. Mientras que lo primero suele ser una reacción para ponerse a salvo de un potencial peligro, la fobia se produce cuando no hay nada racional que lo justifique. Por ejemplo, ver a un adulto disfrazado de payaso en una fiesta infantil. Por su parte, la ansiedad son temores que pueden aparecer sin una causa alguna que ni siquiera la misma persona entiende como describirlas.
En general, que un niño exprese alguna fobia no debe preocuparle a menos que el terror sea desadaptativo. Es decir, cuando no se encuentran indicios racionales que justifiquen los temores del menor. Asimismo, si estos miedos no desaparecen con el paso del tiempo, también puede ser una señal de alerta y de necesitar ayuda profesional.
El desarrollo del miedo según las etapas
Ya hemos definido qué es el miedo y porque es importante en todas las personas. Aunque en la mayoría de casos es totalmente normal, existe la ansiedad y la fobia que necesitan ayudan profesional. Por ello, definiremos cómo se desarrolla el miedo en cada etapa de la vida de un niño con la finalidad de que conozca los comportamientos normales.
1. La primera infancia (6 meses a 2 años)
Los expertos en psicología consideran que un bebé no expresa temores propiamente hasta los seis meses. Asimismo, pueden temerle a los desconocidos e incluso sentir ansiedad ante la ausencia de los padres, pero en general estos son positivos y pueden indicar una cierta madurez. Para estos casos, sirve de ayuda realizar ejercicios de estimulación a los bebés con la finalidad de que puedan mantenerse más relajados y alejados de cualquier temor.
2. Etapa preescolar (2 a 6 años)
En los infantes hay más estímulos que puedan provocar los miedos. Además, es la edad que se caracteriza por desarrollar la imaginación, por lo que pueden crear escena donde sus temores sean más abstractos. Es decir, pensar y sentir miedo hacia los fantasmas, monstruos u otros personajes de ciencia ficción. Por otro lado, los temores a animales se desarrollan en esta etapa y, si no son manejados con profesionalismo, pueden convertirse en fobias difíciles de manejar hasta la adolescencia.
3. Época escolar (7 a 11 años)
En la etapa escolar los miedos se diferencian por ser menos imaginarios y más basados en la realidad. Por ello, pueden aparecer temores a daños físicos, a sufrir accidentes, a ir al doctor, entre otros. Ocasionalmente, suele manifestarse el temor a cosas como no encajar socialmente o a que los padres se separen. Por este motivo, es importante contar con un ambiente familiar adecuado donde los niños puedan expresar sus temores con libertad.
4. Etapa pre adolescencia (12 a 14 años)
La etapa de la pre adolescencia se caracteriza debido a que los miedos a los animales suelen reducirse. Además, comienzan a aparecer los temores relacionados a la crítica y el fracaso en el ámbito escolar. También suelen incrementarse los miedos sociales, económicos y políticos. Debido a que es la etapa en la que el cuerpo cambia más, se dan los problemas de imagen personal y autoestima.
5. La adolescencia (15 a 18 años)
En la etapa de la adolescencia se dan los miedos que pueden durar hasta la adultez. Por ello, es importante gestionarlos lo antes posible para que no afecten el desarrollo profesional de una persona. Aquí nacen los miedos relacionados a la sexualidad, el autoconcepto, relaciones interpersonales, entre otros. También se dan los miedos a su se es suficientemente inteligente para cumplir las metas académicas. Esta etapa se caracteriza porque los miedos adquiridos en la preadolescencia se vuelven más relevantes.
Uso de la psicología para manejar el miedo en los niños
Existen diversas formas de ayudar a un niño a afrontar sus miedos con éxito y sacar lo mejor de ellos ya que estos pueden ser el inicio para que se autoconozcan. Por ello, es fundamental saber cómo actuar ante los temores que se desarrollan en la vida del menor. Asimismo, resaltamos que tratar de obligarlos a cambiar de actitud no tendrá resultados positivos. Si un pequeño comienza a sentir miedo, no debe hacerlo sentir mal por ello y explicarle que es normal. Por esos motivos, les dejamos un listado de consejos brindados por psicólogos.
- Comuníquese con él y analicen juntos la situación con naturalidad. Esto ayudará a que el niño tenga más confianza.
- Utilice como ayuda los instrumentos musicales para disipar sus temores y aumentar su autoestima.
- La adopción de cachorros como compañeros de los niños suele ser un un gran medio para afrontar los miedos y darles responsabilidades.
- Poco a poco deben vencer las fobias juntos. Por ejemplo, si el pequeño teme a los perros, no los evite cuando pasen por la calle.
- Ofrézcale su apoyo y demuéstrale que no tiene porqué tener temor de una situación cotidiana. Además, ayúdelo a analizar racionalmente que está fuera de peligro.
- También debe ayudar a que él evalúe su nivel de miedo proporcionándole estrategias para que pueda vencerlos.
- En el caso las acciones ofrecidas no ayudan a vencer ni manejar los miedos, considere visitar a un psicólogo especialista que pueda ayudar a su menor con sus miedos irracionales.
Conclusión
El miedo es parte de la vida y desarrollo de todas las personas. Asimismo, es una las reacciones naturales para protegernos del peligro considerada como normal y frecuente ante ciertas cosas o situaciones. Por ello, es importante conocer qué cosas le dan miedo a los niños para poder ayudarlos a gestionar este sentimiento y sacar lo mejor de él. Además, debe darles pautas para no caer en las fobias.
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